jueves, 9 de diciembre de 2010

LA/S CRISIS

LA/S CRISIS


El consumo es el espíritu de una Humanidad que se ha quedado estancada en una etapa egocéntrica del desarrollo. Mientras hemos logrado en una comunidad global un desarrollo económico sin precedentes gracias al triunfo de la burguesía y los avances científico-tecnológicos, sin embargo, hemos olvidado o abandonado una parte de nuestra esencia: el otro, sin el cual no es posible ni el desarrollo personal ni el social. Aunque hay algunas excepciones, éstas no consiguen contrarrestar esta tendencia destructiva global y aquí es donde aparece el fantasma de una crisis que arrasa todas las esperanzas que veníamos sembrando desde que logramos superponer la razón, el sentimiento y el amor en todos sus niveles frente a nuestros instintos innatos de enriquecimiento ilimitado a costa de cualquier ser vivo o ideal y donde la mano invisible del mercado se ha transformado en la mano negra del fantasma famélico que amenaza la llamada democracia. Así, vivimos en una ciénaga de la que hace varias décadas no logramos salir. Todo por el mismo ideal: el máximo beneficio. Cuando nació el capitalismo supuso que el beneficio social se derivaría de la generación de riqueza por el propio sistema. Olvidando esta premisa, el progreso ya no consiste sino en exprimir al otro. Sin embargo, ahora nos damos cuenta de que no podemos ser felices sin estos valores que hemos olvidado. ¿Cuál es la causa? Pensar a corto plazo, actuar sin sopesar el coste de vidas humanas, extinción de especies y ecosistemas, del valor cultural de todos los grupos minoritarios. En la sociedad global al que no es como la mayoría se le relega al olvido, a la muerte y toda iniciativa que no esté al servicio del sistema capitalista salvaje termina desapareciendo por exasperación. Por otra parte, todo aquello que no proviene de las fuentes oficiales que buscan garantizar esta sumisión es censurado y perseguido. A algunos presidentes que han intentado cambiar esta situación les han matado y el periodismo de investigación es perseguido, aunque ejemplos como Wikileaks tienen el coraje, los principios y la determinación necesarias para resistir ante la corrupción mediática. Grupos así hacen pensar que no todo está perdido. ¿Por qué cuesta tanto sanear el sistema?, ¿por qué nos hemos olvidado de lo que somos, de las grandes preguntas y de que no somos más que polvo de estrellas que hemos convertido nuestra humilde morada en un mar de estupidez infinita?. La crisis o desintegración del sujeto ha sido el detonante de la reacción en cadena de todos los demás, ya que nos apasionan tanto las metáforas militares. ¿Apoyamos este sistema sustentado sobre el "mal menor" de nuestra civilización superior?

Sin embargo, ¿cabe pensar en una revolución a pequeña escala capaz de hacer cambiar de parecer al mundo del capital?; ¿sería posible crear una economía o banca ética sin que esto sea incompatible en la práctica?; ¿pueden resistir ante esta panorama todavía los ideales del Romanticismo: Belleza, Amor y Verdad? Si hay algún salvavidas de esta postmodernidad y crisis de valores yo sostengo que es el del Romanticismo universal, romantizar el mundo, la vida, no hay otra manera de mejorar esta situación. Ahora el máximo valor es la seguridad nacional, el orgullo, el patriotismo. Estamos demasiado alienados en un estilo de vida cada vez más superficial como para detenernos a pensar en el significado de las palabras, de la política, de la basura moral que nos venden condensada en cada palabra y lo que es peor, sin que nos demos cuenta y a base de directos derechos al subconsciente. En mi opinión, esta manipulación a gran escala del sujeto burgués -el que tiene más capital y poder de influencia, por tanto- es la que continúa fabricando la indiferencia y el sentimiento de impotencia ante algo que sentimos no está en nuestras manos. Si la población mundial fuera consciente del poder que tienen los juegos de palabras con que nos hechizan los políticos para ir o no a la guerra, p.ej., y si los medios profundizaran en las causas, en el por qué y los ciudadanos profundizaran en esto y cultivaran su sensibilidad en vez del egoísmo, tal vez esto podría cambiar. El problema primero es la educación de estas enormes masas para que piensen por sí mismas, es un problema colosal, ya que el sistema educativo no premia precisamente este pensamiento crítico, creativo e individual, pero si conseguimos revolucionar las aulas en este sentido y reeducar a los adultos tal vez podríamos encontrar muchas más soluciones originales y solidarias entre todos. Es este el gran reto para acabar con las crisis, a mi parecer.

Si se logra una revolución individual de este tipo a gran escala, tal vez sea posible seguir soñando, creando belleza, música, arte, pero en un estadio social más avanzado, donde no haya tanto "idiotés" (individuo, nación o civilización encerrados en sí mismos justificando su supremacía moral mediante el uso militar -¡qué contradicción!-), sino una solidaridad económica y social. ¿Será posible que algún día la gente que vota al poder que le representa vea la luz de una utopía no oficial?

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